Si extraemos la sangre de un paciente y la centrifugamos, veremos que se produce la sedimentación, en distintos niveles, de las células y del resto de sustancias transportadas por el torrente sanguíneo. Uno de estos niveles, el denominado plasma rico en plaquetas (PRP), contiene una gran cantidad de factores de crecimiento. Los factores de crecimiento son empleados en distintos campos de la Medicina debido a su acción regeneradora de tejidos y a la aceleración en la curación de heridas.
¿Para qué se emplea PRP?
Se trata de un procedimiento médico empleado desde hace años en la traumatología, la neurocirugía, la otorrinolaringología, la urología, la oftalmología, la odontología y la dermatología. Mediante la centrifugación de la sangre es posible seleccionar todos los factores de crecimiento contenidos en el plasma sanguíneo y que efectúan su acción natural en nuestros tejidos. Posteriormente, estas moléculas se aplican o se inyectan en los tejidos afectados para potenciar su regeneración natural.
¿En qué se emplea este plasma en Dermatología?
Su uso inicial estaba restringido a las úlceras cutáneas de difícil cicatrización, como las secundarias a trastornos circulatorios en las extremidades inferiores. Posteriormente se ha aplicado en otros campos, como la cicatrización de heridas quirúrgicas, la alopecia androgenética en mujeres y hombres, en otros tipos de pérdida de cabello, y como procedimiento estético para combatir el envejecimiento cutáneo. En todos estos trastornos, el plasma rico en plaquetas aporta sustancias propias del paciente que favorecen la regeneración de tejidos dañados.
¿Por qué mejora la regeneración de los tejidos donde se aplica?
La aplicación de plasma rico en plaquetas en las heridas favorece la
cicatrización, gracias al aporte de factores de crecimiento y a la estimulación en la síntesis del colágeno. Actúa como potenciador del proceso de curación de las heridas y de la regeneración de los tejidos.
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